La amenaza de la Inteligencia Artificial en el periodismo: ¿hay modo de saberlo?
Ha llegado la Inteligencia Artificial al periodismo con una fuerza imparable. Herramientas como ChatGPT ofrecen eficiencia, rapidez y una producción de contenidos inagotable. Sin embargo, el uso de estas tecnologías en prensa (o en cualquier otro ámbito periodístico) genera una gran preocupación. Por un lado, se cuestiona la calidad y credibilidad de los contenidos que consumimos; y, por supuesto, también influye en la ética periodística.
La falta de criterio humano a la hora de seleccionar y redactar las noticias es uno de los principales inconvenientes. Las personas que ejercen el periodismo, además de recoger datos, interpretan contextos, contrastan fuentes y aportan opiniones basadas en su experiencia. La IA, en cambio, trabaja con modelos estadísticos y de lenguaje, lo que puede llevar a errores. Errores que un profesional experimentado puede evitar.
Otro aspecto preocupante es el de la despersonalización del contenido. El periodismo transmite fundamentalmente emociones, críticas y puntos de vista enriquecidos por la subjetividad de quien escribe. Al dejar la opinión, el reportaje, la crónica o cualquier otro formato periodístico en manos de una máquina, se corre el riesgo de perder riqueza narrativa y profundidad analítica.
Además, la automatización del periodismo pone en jaque la sostenibilidad laboral de los y las profesionales del sector. Si los medios de comunicación dependen de la IA a la hora de crear contenidos, la función de numerosos redactores y redactoras puede quedar relegada a labores secundarias o, lo que es peor, correr el riesgo de ser totalmente sustituidos.
Un claro ejemplo de los problemas que puede ocasionar el uso de la Inteligencia Artificial en el periodismo es el que se produjo en 2023 en la revista Sports Illustrated. Los contenidos publicados habían sido creados a través de la IA. Además, se crearon identidades falsas de periodistas, inventando nombres y apellidos y generando fotografías de perfil mediante herramientas de Inteligencia Artificial. Este escándalo provocó un gran debate sobre la transparencia en el uso de esta tecnología y puso de manifiesto los riesgos de la automatización.
Por otro lado, en 2022, el medio alemán Bild despidió a decenas de periodistas, sustituyéndolos por Inteligencia Artificial. Esto puso de relieve la precariedad del trabajo en el sector del periodismo. Y es que no solo afecta al personal, sino también a la calidad del contenido, ya que se pierde una supervisión humana esencial para garantizar el rigor informativo.
Esta tecnología también ha llegado a Arteman y no le hemos cerrado las puertas. La clave está en conocer los límites de esta herramienta transformadora y cuestionar su impacto en la profesión. La IA puede ser una aliada útil, claro. Pero en Arteman nunca sustituirá a las figuras de periodista, técnico, creativos, creadores de contenidos, diseñadoras ni diseñadores. Nadie va a desempeñar mejor que nosotras y nosotros nuestra función.
¿Qué pensarías si te dijera que este artículo de opinión ha sido creado por la Inteligencia Artificial? Tal vez sea así… o tal vez no. Te corresponde a ti comprobarlo. Qué paradoja, ¿no? Quién sabe.